Manuel Martín Alcaide, Manolo Martín, nace en Paradas un 2 de octubre de 1953. Sus padres, José Martín Benjumea y Concepción Alcaide Cansino son paradeños por derecho propio y han formado una familia numerosa muy conocida en nuestro pueblo. Con tan sólo 16 años, Manolo comienza a trabajar en la panadería de su padre, Pepito Martín, hombre muy conocido en Paradas y también aficionado al flamenco. Abandona los estudios que había comenzado en la vecina localidad de Marchena y se integra en la panadería que regenta su padre.
No es, precisamente, en esta flamenquísima localidad donde se aficiona al flamenco sino que su primera toma de contacto tiene lugar al realizar el servicio militar en Cerro Muriano. Allí conoce a Ricardo Maqueda, gran aficionado, quien a su vez, le presenta a otro hombre clave en el devenir de nuestra peña: Francisco Fuentes Rubio “Curro”, sobrino de Miguel Vargas, uno de los grandes aficionados de nuestro pueblo.
El flamenco entra en las venas de Manolo gracias a estos dos amigos. A principios de los setenta, recién fundada nuestra peña, ellos comienzan a frecuentar el local de la peña, sita por entonces en Jardines de Gregorio Marañón, donde se reúnen en torno al gran cantaor Miguel Vargas, ya por entonces ganador en Mairena del Alcor allá por el año de 1968.
En la década de los setenta, conoce a Domi Hernández, con quien contraerá matrimonio en 1978. Fruto de esta relación nacen en 1980, Víctor Manuel, y Andrés Jesús en el año 1982.
Por entonces, la peña continúa en el antiguo local de los Jardines hasta que a comienzos de 1986, se traslada a la Casa de la Cultura de Paradas. Se hace una fuerte promoción de la nueva savia que entra a gobernar la entidad, y es Manolo Martín, el presidente elegido para dirigir la nave. Serán cuatro años de mandato hasta que en 1990 dejan la junta directiva, entregando una peña saneada y con dos centenares de socios. Termina este período (1986-1990) con la imposición de la insignia de oro al titular, Miguel Vargas y la presentación del trabajo discográfico “Al aire, mis ilusiones”.
Volverá de nuevo a la presidencia Manolo Martín en 1994 junto a su inseparable Curro Fuentes. En esta ocasión tienen el reto de volver a poner en marcha la entidad y, al mismo tiempo, tienen otro reto muy importante: la consolidación de la Semana Cultural de Actividades Flamencas, por entonces en su cuarta edición, como el evento cultural flamenco más importante de nuestra localidad. Lo consiguen. En 1996 y celebran en la semana el XXV aniversario de la fundación de la peña. El ciclo de recitales se consolida pese al fallecimiento de Miguel Vargas en 1997.
En 1998 la peña se traslada a la sede actual de La Comarcal para permanecer hasta el día de hoy. Uno de las personas que más contribuyó con su esfuerzo a la construcción de la sede actual, Curro Fuentes, fallece a finales de 2000 y deja a Manolo huérfano de su mejor escudero. Mazazo para la peña y para Manolo. Sin embargo, el mazazo no consigue alejar a Manolo de su peña y lo mantiene como presidente hasta el año 2010. Diez años cargados de buen flamenco, de servicio a los demás y de organización exquisita en todos los actos: presentaciones de libros, certamen de saetas, festival de aficionados, zambomba de navidad, noches flamencas, festival de jóvenes, intercambios con otras peñas, ciclo de recitales, consolidación total de la semana cultural y un sinfín de actividades que hacen de él un presidente fundamental e histórico en el desarrollo de esta entidad que cumple en este 2011 cuarenta años desde su fundación.
Manolo Martín es un luchador infatigable, un hombre fundamental en el devenir de la Peña Cultural Flamenca “Miguel Vargas”, por ese motivo le fue dedicada la XXI Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas.
Señores os cuento parte de la trayectoria de un presidente:
Presidente de una peña, la Peña de Miguel Vargas, de la que ha sido presidente una baraja muy larga, creo que una veintena de años o quizás algunos más, los que ha sido presidente de esta buena entidad.
Siempre luchando por ella con ganas de trabajar para que todos los meses se diera algún recital.
Recitales que se daban, se han dado y se siguen dando para que el socio de la peña siempre siga disfrutando.
También hubo disconformidad por parte de alguna gente, que no estuvieran de acuerdo con aquellas decisiones que tomaba el presidente.
Decisiones que tomaba reunido con su junta directiva para llevarla a buen puerto sin que fuera a la deriva.
Podría equivocarse y no llegar a buen puerto y que parte de aquellos socios no se sintieran de acuerdo.
Con aquellas decisiones y su forma de actuar sin pensar en ningún momento que como persona humana se podía equivocar.
Pero equivocarse y rectificar eso es cosa de sabios quizá por esa razón haya sido presidente algo más de veinte años.
Es un periodo muy largo una larga travesía al frente de una entidad donde siempre se trabaja con cariño y voluntad.
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Voluntad que siempre pone la junta y el presidente para que todo salga bien si luego surgen imprevistos eso no es culpa de él.
Porque como aficionado y presidente de esta buena entidad siempre quiso que las cosas salieran bien de verdad.
Que no hubiera imprevistos eso es algo inevitable que no se puede remediar, eso es algo que aparece sin esperarlo jamás.
Que rompe todo el esquema porque alguien llegue tarde que sea algún cantaor o alguien de la guitarra, esto cuando va a empezar, empieza a decir la gente, y eso quien más lo sufre siempre es el presidente.
Que se encuentra muy nervioso porque alguien está incumpliendo con el horario previsto por haber llegado tarde por no dar bien con el sitio.
Entonces el presidente ya un poquito más tranquilo dice señores lo siento por ser la hora que es y esto sin empezar el problema es que los artistas ahora acaban de llegar.
Dicen que se despistaron y no daban con el sitio, eso hace que vayamos mal de tiempo sólo me queda decir señores mucho lo siento.
Yo quisiera que en la Peña no ocurrieran estas cosas que nunca hubiera imprevistos y que siempre se empezara con el horario previsto.
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Que no hubiera descontentos por parte de alguna gente porque eso quién más lo sufre siempre es el presidente.
El que recibe las quejas de esa parte del público que siempre está descontento y no para de quejarse siempre con el mismo cuento.
Que si esto no es así que mira la hora que es esto cuando va a empezar y luego se van a la barra y nunca escuchan cantar.
Porque son aficionados de los que se consideran de término regular, esos que durante el acto nunca terminan de hablar.
No se dan cuenta que se ponen muy pesados que molestan a la gente, si le llaman la atención que mala es el presidente.
Porque a mandado callar cosa que durante el acto no tendría que pasar.
Si hubiera ese comportamiento y ese respeto hacia los demás entonces el presidente nunca mandaría callar.
Cosa que no ha sido así en su larga trayectoria la de Manolo Martín.
Que ha sido presidente una baraja muy larga de una Peña de Flamenco la Peña de Miguel Vargas.
La del pueblo de Paradas de la provincia de Sevilla donde a quedado escuela de el cante por Seguirillas
Autor: Joaquín Barrera Gómez |