Reuniones Flamencas


A finales del 76 asume la presidencia José Bascón Calderón, el conocido “Cartones”, que incluye entre sus directivos a algunos jóvenes aficionados, aportando un aire innovador a la gestión de la Peña.

 

Es entonces cuando empiezan a celebrarse los recitales de una forma periódica y continuada, con asistencias cada vez más numerosas y visitas de aficionados de otros pueblos, lo que hizo que el local de arriba, utilizado hasta entonces como sede, se quedase pequeño para tales eventos.

 

Ante estos hechos, la Junta Directiva se vio obligada a requerir del dueño del local que habilitase unas dependencias más apropiadas para albergar a tal cantidad de público. Así se hizo en efecto, acondicionando el local de la planta baja. De esta manera, la Peña pudo contar con un amplio escenario para los cantaores y con un local con capacidad de hasta 500 aficionados; con ello, la Peña celebraba todos los recitales en su propia sede, sin necesidad de alquilar otros más amplios como había hecho hasta entonces.

 

Contando con estas mejoras, la mayoría de los socios pudo disfrutar de recitales como los de El Chozas, El Cabrero, Chiquetete, Calixto Sánchez, Menese… y especialmente el titular de la Peña, Miguel Vargas, para entonces ya afincado en Paradas, que siguió demostrando su categoría en nuestra tierra.